
Fue el hecho de enterarnos que seríamos “tías”, bastó sólo eso para convertimos en esos seres maravillosos llenos de magia.
Esas hadas con las que soñábamos cuando niñas, para que nos visitaran de noche y nos cumplieran deseos.
Y nos creímos el cuento…
Y quisimos regalar dones…
y el mail se lleno de esa magia…
Una, la más descarriada quería regalarle “su belleza e inteligencia”
Bueno en realidad el mail decía así: “prefieres que le regale lo rica e inteligente o prefieres que le regale lo de yegua…” Piiiiiiip!! Eso aun no lo puede escuchar un bebé jajajaja igual se agradece la buena intención.
Desde ahí la lista se fue ampliando con estos dones:
El de la Fe
El de la bondad del alma
El de la Autosuficiencia, (el mail explicaba) “es decir, el vivir en cualquier lugar y adecuarse a la vida, a las situaciones y al lugar. Poder ir donde quiera, como quiera, cuando quiera. Hacer de la vida, SU vida. Es lo que tengo... y te lo dejo para la bebé...”
El de la Fuerza del alma, esa que cada una de nosotras llevamos dentro y que sacamos cuando enfrentamos momentos difíciles.
El de la humildad para que este siempre dispuesta a aprender de los demás.
El de la templanza... para que aprenda que hay cosas que uno no puede cambiar y no se ofusque por eso.
El de la alegría y mucha risa (aunque tenga que gastar mucha plata en crema para las arrugas)
Cada una de nosotras, convertidas en hadas por un día, le dio bendiciones a su manera.
Y lo mejor de todo, es la seguridad de saber que podemos convertirnos en muchas cosas más….
