Anoche me acorde de ti, inevitable a veces que mi mente no navegue en aguas pasadas, inevitable no cerrar mis ojos de vez en cuando y verte mirándome fijamente con cara de niño bueno y labios de cereza exquisita.
A veces pienso que lo hago para escapar de la realidad y evadirme de su recuerdo y que no me duelan tanto los malos ratos que paso aquí en el presente, así por lo menos sé que todo pasa y que al final una termina recordando pero sin dolor.
Siempre pasaron muchas cosas para que no estuviéramos juntos y ante eso nada que hacer, solo dejarse llevar. (Aunque ahora suene conformista)
De vez en vez vienes a mis recuerdos y me pongo a pensar que habría pasado si el universo se hubiera confabulado para con nosotros.
Ayer recordé ese episodio que en su momento me causo tanta incertidumbre y por que no decirlo también pena. Lo recordaras a veces tú también?
Fue un día en que llovía torrencialmente y recibiste una llamada y como yo estaba acostada en tú cama y abrazada a ti fue inevitable no escuchar.
Una voz de mujer joven te decía: “te estamos esperando para comer, esta tú papá aquí en la casa y quiere que lo vengas a buscar, yo quiero aprovechar de verte y que conversemos unas cosas, te quiero mucho”. Recuerdo que se me paralizo el corazón y mi mente se imagino diez mil cosas, lo más cuerdo era que tenias polola oficial y yo sólo era la aventura del momento, era tanto lo que te quería que sin darme cuenta rodaron por mis mejillas unas lágrimas que delataban mi pena… pero no dije nada.
Me miraste, abriste tú billetera, me mostraste una foto de mujer y me dijiste: “recuerda esta cara porque algún día cuando te cuente de ella nos reiremos juntos”
Paso mucho tiempo antes de yo saber quien era ella y no recuerdo si reímos juntos o si fue tanto mi asombro por tú demostración de confianza que sólo callé.
Será que algún día al igual que con está historia, recordare las penas de hoy sin causarme el más mínimo dolor?
Será verdad que el tiempo todo lo cura?
Por ahora viviré en el pasado, hasta que esto ya no duela tanto.