y qué paso?

Quisiera decir que estoy preparando las maletas, arrendando la casa y cambiando a la princesa de colegio para irme a Puerto Montt (jajaja sería bueno hacer una locura así alguna vez en la vida.) pero su paso por Santiago era express, sólo un par de días y no alcanzaron ni siquiera para dejar algunas cosas claras, menos para volverme loca y dejarlo todo.

En el par de horas que logramos coordinar y encontrarnos, conversamos, recordamos y reímos mucho, pero ese día era un encuentro cortito porque lo esperaban en la casa de sus padres para un asado con la familia y unos amigos.
El trayecto hacia mi casa fue casi en silencio pero con música romántica, yo apoyada en su hombro, él a ratos cantaba y acariciaba mi pelo, mi alma.

El acuerdo fue vernos al día siguiente para conversar con calma y sin más planes que estar juntos, pero las cosas no siempre son como queremos y una comida con su jefe impidió que los planes, nuestros planes se concretaran.
Al final no lo vi hasta una hora (y apurados) antes de que partiera a Puerto Montt y fue tan poquito que quede con gusto a nada, con mil cosas pendientes, con conversaciones a media y con el corazoncito apretado, aun siento que me debe más abrazos, más acayuyos y más miradas cómplices.
Se me hace inevitable pensar que justo ahora cuando después de años logramos tener nuestras vidas resueltas el mundo se hace tan grande, tan largo y pareciera ser que Puerto Montt ya no esta en chile, si no que está en Júpiter, saturno, o sea a mil años luz.

Pufffffff!!!!!! Será necesario convertirme en marcianita?